El teatro como un lugar de ENCUENTRO,

donde se realiza una ceremonia para la que tan sólo basta un actor y un espectador.

NADA MÁS.

Todo lo demás es accesorio.

El teatro como un medio que debe ser siempre TRANSGRESOR.

En él debemos enfrentarnos a nuestros miedos y nuestros tabúes.

Que nadie quede indiferente.

El teatro entendido como una confluencia constante de OPUESTOS,

que generan contrastes y tensiones escénicas y dramáticas:

lo cómico y lo trágico, lo grotesco y lo bello, lo patético y lo sublime…

El teatro como un lugar donde todo debe ser auténtico, honesto y límite.

El COMPROMISO del actor debe ser total.

El teatro como un lugar donde se generan PREGUNTAS, no donde se responden.

Un lugar donde se abren puertas, no donde se acotan caminos.

El teatro desde un punto de vista HUMANISTA

y, por ello, como un lugar de mestizaje,

donde tiene cabida todo lo que nos ayude a entender al ser humano ahora y siempre,

tanto lo clásico como lo vanguardista, el rito y la performance…

El teatro como un lugar de experimentación, de investigación,

de búsqueda continua.

En definitiva, el teatro como ARTE.